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La amiga de una amiga es escritora. Ha escrito una novela autobiográfica que nadie ha leído todavía. Perdón, sí, la ha leído una editora, o eso afirma en su carta de rechazo. Por lo visto es imposible publicar la susodicha novela porque no encaja con los criterios de la editorial. La escritora amiga de mi amiga ha pasado un verano horroroso; con el calor que ha hecho, se pasó los días de julio y agosto en plena tiritera, debido a la rabia y la frustración que le provocó la falta de sensibilidad de la editorial.
La novela es una monada asegura mi amiga, aunque no la ha leído, pero pondría la mano en el fuego porque su amiga la escritora es súper simpática y el hecho relatado, cierto, además de una pura exhibición de ingenio literario y profundidad psicológica. Mi amiga me cuenta que conoce la trama al dedillo porque fue testigo del sucedido: una jubilada –su amiga- de setenta y cuatro años se enamora de un policía local de cuarenta y dos años. Es correspondida hasta la extenuación. Por si eso no fuera ya muy excitante y sobre todo, muy reivindicativo de la libre sexualidad de las mujeres ancianas, añade al argumento un elemento de complejidad político administrativo. Resulta que la protagonista conoció al policía cuando este depositaba una multa en el parabrisas de su coche. Por aparcar delante de una zona reservada a las autoridades: oiga señora, ¿es que no ha visto la señal?
De esa fortuita infracción, con posterior sanción económica,
surgió una relación pasional inaudita que convirtió al guardia en prevaricador –le
quitó la multa por amor-y a ella en una amante salvaje que en las horas libres escribe, y de pe a pa, todas las vicisitudes y detalles de sus encuentros íntimos. Según mi amiga, es
una novela erótica, política, romántica y social.
¿Qué cómo acaba? El policía
ha prosperado en el escalafón, es sargento y ella, desde el ascenso de su amado, aparca
donde le viene en gana. Con un argumento semejante, de absoluta actualidad, la editora, incomprensiblemente, remitió la siguiente
contestación:
“Recibimos su paquete
el lunes, así, como si nada, sin estar preparados. Algo aturdidos, abrimos la
caja y nos encontramos con este montón
de papel atado como un salchichón. Desconcertados, con manos temblorosas, nos apresuramos
a leer su manuscrito. Desde las primeras líneas su estilo nos dejó atontados. Cada página era como una bofetada que le
dan a uno en pleno rostro, fríamente y sin motivo. Visiblemente contrariados,
ninguno de nosotros ha tenido el valor de leer esta cosa hasta el final.
Trastornados, descompuestos, no hemos tenido más remedio que tirarlo a la
basura. Sí, ha entendido bien, lo hemos destruido. Dadas las circunstancias,
eran lo único razonable que se podía hacer. Su historia nos embistió como una
locomotora. Y eso, señora, no es normal. Por el bien de todos, haga el favor de
dejar de escribir antes de que esto acabe mal” *
“Recibimos su paquete
el lunes, así, como si nada, sin estar preparados. Algo aturdidos, abrimos la
caja y nos encontramos con este montón
de papel atado como un salchichón. Desconcertados, con manos temblorosas, nos apresuramos
a leer su manuscrito. Desde las primeras líneas su estilo nos dejó atontados. Cada página era como una bofetada que le
dan a uno en pleno rostro, fríamente y sin motivo. Visiblemente contrariados,
ninguno de nosotros ha tenido el valor de leer esta cosa hasta el final.
Trastornados, descompuestos, no hemos tenido más remedio que tirarlo a la
basura. Sí, ha entendido bien, lo hemos destruido. Dadas las circunstancias,
eran lo único razonable que se podía hacer. Su historia nos embistió como una
locomotora. Y eso, señora, no es normal. Por el bien de todos, haga el favor de
dejar de escribir antes de que esto acabe mal” *
Bien, habría que preguntarse si un editor deberia tener algún criterio, ¿ o deberíamos llamarlo prejuicios ?.
ResponderEliminarLa historia de la edición está llena de editores que rechazaron originales con argumentos aparentemente sólidos, y no obstante esos originales se convirtieron después en un superventas editorial porque otro editor decidió apostar por un autor novel.
Otra cosa quizás sea que la novela de tu amiga indirecta describa con mucho detalle las efusiones amatorias entre la matrona y el representante de la autoridad municipal, y la editorial no tenga una linea de literatura erótico-festiva.
Eso si, lo de aparcar por la "jeta" impunemente me parece de ciencia-ficción a estas alturas, a no ser que sea en un municipio pequeño.
De todas formas, me gustaria leerla.
Pues no sé si podrás leerla, la amiga de mi amiga se ha ido con su novio, el poli, a la isla Reunión.No creo que vuelvan, quieren dedicarse al cultivo del fruto de la pasión. Es natural. Ya estaban hartos de prevaricar y de ser la comidilla del pueblo. Claro como él no es Macron, pues se critica con saña una relación de tanta diferencia de edad de la mujer respecto del hombre.
EliminarEn cuanto a aparcar por la "jeta" puedo decirte que no es nada raro en un pueblo, digamos uno que no es el mío. Hay mucha relajación y vista para otro lado con ciertos vecinos.
Saludos
No tuve ni la oportunidad de que se me rechazara, a mi, la editora, me dijo en el mes de setiembre del año pasado : "te tinc present, parlarem per Nadal". Pasó Nadal, los Reyes tropezaron, vino el día del padre, se celebró no se qué, y por aquellas cayó en manos de uno pequeño, tan pequeño que creo cierra esta Navidad.
ResponderEliminarTodo son experiencias.
En cuanto a tu amiga, creo que el libro tiene un argumento que hace al menos pensar. Sería bueno verlo editado.
Ya nos seguirás contando, a ver si hay fortuna y podemos leerlo.
Un abrazo
A mí también me encantaría leerla, aunque sospecho que será una especie de Corin Tellado -con todos mis respetos-renovada.
EliminarMe acabo de enterara que se han largado los tortolitos y bien lejos.Ya te contaré cómo acaba la fuga de los enamorados.
Abrazo
No está nada mal, la isla de la Reunión, un autentico paraiso.
ResponderEliminarEspero que no les entre la morriña cuando se les estabilice la tormenta hormonal, y acaben suspirando por una buena paella, un pincho de tortilla y poder hablar a gritos por la calle.
La auténtica pasión debería ser infinita.
Un abrazo.
A ver cuánto aguantan. Una pasión infinita sería una pesadez y dejaría de ser pasión en cuanto se convirtiera en rutina. La gracia de lo extraordinario es que ocurre pocas veces y suele ser breve.
EliminarAbrazo
Entonces tenemos que refugiarnos en la física cuántica. Hacer infinito un tiempo limitado, viajar a la velocidad de la luz para no ver nuestro propio final.
ResponderEliminarUn abrazo.
Cuando descubras cómo, avisa.
EliminarBuenas noches
Madame, sus lectores hemos disfrutado mucho con la respuesta editorial, que ha causado mi hilaridad, aunque imagino que a la persona interesada no le haría tanta gracia. Vaya un alarde de sinceridad y claridad expositiva! Qué derroche, por Dios!
ResponderEliminarFeliz tarde
Bisous
La carta es imperdible, al menos no se anda con zarandajas ni falsas promesas. Imagino que al destinatario le causó un dolor, pero las risas que nos hemos echado los no afectados son inenarrables.
EliminarBuenas noches y bisous.
Pues la verdad es que hay formas de asegurarse la publicación de algo, aun con argumento tan descabellado como el que nos ilustra y mereció o no esa contestación: hay que presentarse como locutor, presentador, tertuliano de un programa televisivo del corazón o cosa parecida. El éxito está casi asegurado.
ResponderEliminarSaludos.
No sé si mucho éxito, los lectores de gente famosa no son tantos, cunden pero compran pocos libros. Creo que es preferible recibir un no directo, no tan salvaje como el de la carta, desde luego, antes que adornarlo con falsas esperanzas.
EliminarBuenas noches y saludos
¿Qué sucede con esta clase de editoras?, ¿no se dan cuenta que hay novelas que son una monada? Además hay autores que tienen tanta profundidad psicológica y tanto ingenio literario como candidez, y tantas editoras con mal corazón que son crueles y hacen mucho daño a estos escritores que van con el lirio en la mano.
ResponderEliminarUn abrazo
Es que no tienen corazón ni sentimientos. Una monada literaria semejante no puede despreciarse con tanta acritud y mala baba. En fin, confío que la amiga de mi amiga disfrute mucho en la isla Reunión y la próxima novela sea un best séller (seguro que será tan erótica que el mismo Aretino se sonrojaría).
EliminarAbrazos y buenas noches.
Una novela así, hombre, hay que publicarla, simplemente para que sirva su argumento de estímulo, acicate y amplitud de miras amatorias más allá de la edad y de la condición social. Por supuesto, lo que se promete en ella más interesante es la vertiente erótica. La política, romántica o social en estos tiempos y latitudes ya nos las sabemos hasta el hartazgo.
ResponderEliminarEso mismo le habría dicho a la editora, si hubiera tenido ocasión. Y es que en estos tiempos, las alegrías son bien escasas a casi cualquier edad, más en la provecta. Esperemos que podamos leer esa encantadora aventura entre un poli y una jubilada antes de que sobrevenga el cataclismo del final de los Tiempos.
ResponderEliminar¡Qué divertido y qué tierno!
ResponderEliminarTambién en su día, allá por los noventa, tuve conocimiento de la política editorial y por supuesto desistí, comprendí de golpe que ese no era mi mundo.
Por cierto, blogger te ha borrado de mi lista de seguidores y no me avisa de tus actualizaciones. Voy a insistir.
Ahora no consigo encontrar cómo. Bueno, te visitaré con frecuencia, ¡que el título del blog no se me olvida!
Eliminaremejota, no sé qué pasa con blogger, ni actualiza ni me deja acceder a algunos blogs.
EliminarPues hiciste muy bien, si ya sabemos que la mayoría de lo que se publica es pura cascarria. Y tantos manuscritos valiosos andarán escondidos en los cajones.
Voy a ver si puedo averiguar qué está pasando con tu blog.
Un abrazo