En los años treinta del siglo XX, el matemático Kasner buscaba un nombre que designara al número formado por un uno seguido de cien ceros, diez elevado a cien. Como no se le ocurría ninguno que le sonara bien,desafió a su sobrino de nueve años para que inventara una palabra apropiada. Le convenció de que se haría famoso en todo el mundo si daba con la palabra mágica.
El niño le propuso Googol y poco después, añadió un segundo nombre para una cifra aún más grande, para el diez elevado al google: el googleplex.
En 1998 los creadores del buscador eligieron Google, porque representaba a la perfección la inmensa cantidad de datos disponibles. Y es una palabra eufónica, desprovista de carga ideológica, nacional o religiosa. Desde luego, hay otros buscadores y muy buenos, pero es Google el más representativo. El que simboliza la cultura de nuestro tiempo, tan frenética, heterogénea, múltiple, entrecruzada por infinitos caminos virtuales y, también tan egotista.
Un mito posmoderno que hemos visto nacer y crecer y que define nuestra época. Google, el Zeus del siglo XXI, a quien invocamos varias veces al día para encontrar un peluquero, contemplar un códice Maya o escribir una entrada de blog.
Los habitantes internaúticos de esta planeta, se cuentan ya en 4.000 millones; y 5.000 millones los conectados a servicios móviles, telefonía con acceso a internet en su mayoría. Provoca asombro y perplejidad sabernos dentro de este maremoto arrasador, donde la conexión ininterrumpida hace factible que tengamos miles de amigos y contactos. Es evidente que esa amistad multiplicada y la difusión de la vida privada, hasta en los detalles más insustanciales, es una subversión profunda de la sociabilidad anterior a Internet.
Folon |
Hemos matado el viejo régimen, un nuevo orden se aproxima. No sabemos cómo afectará a nuestra especie, unificada en la conexión a la red planetaria de un mundo parcelado en fronteras y muros, -y gran paradoja- que anuda a la gente en relaciones que circulan sin visado por todo el planeta.
Nuestra representación de la realidad se ha desplomado por el peso de los puentes que conducen a todas partes. Cierto que, como reflexionaba el sociólogo Simmel, hay muchas puertas que se cierran sin embargo, los puentes nos abren a territorios en los que merece la pena aventurarse.
No estamos hoy en condiciones de interpretar los mitos fundacionales de la nueva cultura digital, deberá pasar tiempo antes de que podamos analizarlos. Y, más importante, desmitificarlos para ir en busca de nuevos mitos que reflejen los miedos, sueños y anhelos de la humanidad.
Cada seis meses se duplica la velocidad de los circuitos procesadores de ultima hornada. El primer receptor GPS que vi en mi vida, tenia el tamaño de un armario de dos puertas e imprimía la información el papel térmico. Hoy lo llevo incorporado en el teléfono móvil que apenas pesa cien gramos.
ResponderEliminarTreinta y seis años separan al uno del otro.
No tenemos ni idea de los que nos espera dentro de cinco, diez años, ni de como o estos cambios van a modelar a nuestra forma de vivir, ni a nuestra sociedad. Será mejor en algunos aspectos, y peor en otros.
Pero en lo que tenemos que permanecer vigilantes, es en controlar a la tecnologia, y que ella no nos controle ni nos condicione contra nuestra voluntad.
Un abrazo.
Sí, tienes razón, pero es difícil, por no decir casi imposible, que un particular controle la tecnología y al mismo tiempo la utilice. Pagamos una cuota tremenda: la pérdida de privacidad que va a parar a la minería de datos de personales de las grandes corporaciones económicas y comerciales.
EliminarEl verdadero poder está en el control tecnológico en esta tercera revolución, y ya veremos cómo se orientará ese poder. Sospecho que la libertad individual quedará afectada.
Abrazo
Acabo de recibir información respecto al futuro inmediato que nos espera. Ya no resulta en absoluto sorprendente aunque lo óptimo resultará de una amalgama de conocimientos prácticos ancestrales y la más novedosa técnica. Nuestro género, como ya predijeron tantos, será menos abundante y con menos materia biológica. De todas formas la conciencia de libertad resultará tan contradictoria como siempre. Me inspira mucho al respecto el metraje final de la película de dibujos animados Wall-e.
ResponderEliminarPor cierto "google" in english se utiliza para denominar las gafas de nadar. Ignoraba la historia que nos cuentas porque siempre me he preguntado la relación entre unas gafas para natación y el macrobuscador que todo lo abarca, o casi.... Recuerdo con agrado los tiempos en que buceaba placenteramente entre las hojas de la enciclopedia britannica para calmar algunas interrogantes.
En ese tiempo, el de las enciclopedias, la lentitud no la percibíamos, era nuestro ritmo natural. Consultar enciclopedias que ocupaban los anaqueles de las librerías familiares, era un privilegio que no todo el mundo tenía, podíamos pasar horas contemplando ilustraciones y leyendo al tuntún, por puro placer.
EliminarDe tu información sobre el futuro, no tengo más que mi intuición y esta me indica que estamos mutando, ¿seremos menos menos biológicos y más postizos digitales? Es probable, pero lo importante es cómo será nuestra interacción con el mundo, con gente como nosotros y tal vez, con otras civilizaciones extraterrestres.
Apasionante y lleno de peligros es el futuro, sí, esperemos que la especie avance para mejor.
Gracias por tu visita, Emejota.
Me pasa como a EMEJOTA. No sabía lo de Google, si lo tenía por lo de las gafas de nadar de un modelo de la Speedo que usaba Icaro (mi hijo) en las competiciones de hace 25 años.
ResponderEliminarLas leyes siempre van al arrastre de las situaciones, pues se crean a raíz de lo que va surgiendo. Pienso que todo está dando un giro radical, y que todo es nuevo sin tiempo a digerir lo que tenemos encima.
Lo veo en Filosofía, donde todo se encamina hacia la Bioética y lo veo en Medicina, y lo sigo viendo en los colegios, donde en este momento, en el aula, lo que hace 25 años era lo "anormal" hoy es el pan de cada día, y lo que se consideraba poco corriente es lo más normal del mundo.
Recuerdo que cuando estaba en el Consejo Escolar, el director me decía : -hay aulas en el que tenemos hasta 5 niños de padres divorciados ¡¡¡...
Un abrazo
PD: por cierto , ya he votado por correo ¡¡
Qué rápido eres, Miquel. Que sea para bien.
EliminarPues sí, hemos experimentado los cambios más prodigiosos de la humanidad, desde la irrupción de nuevas formas de relación hasta la tecnología más asombrosa para comunicarnos.
Necesitamos revisar todos los cánones con los que hemos crecido, la mayoría no sirven.
Bioética, y también noosfera, ese concepto que predicaba Teilhard de Chardin y que es la evolución de la conciencia universal. Sin duda, la acción de la tecnología actual afecta a nuestra manera de relacionarnos con la realidad, pero ¿qué es la realidad? ¿es la materia? ¿es lo virtual?
El futuro se parece cada vez más a las visiones de la ciencia ficción. ¿Nos convertiremos en posthumanos?
Estamos viendo algo del porvenir, la rapidez de los avances es tan desaforada que cualquier cosa es posible en el término de un par de años.
Otro abrazo
Querida Amaltea, Google es unificador, proporciona una misma información a millones de personas. Las individualidades son cada vez menores. El nuevo Zeus hace que el pensamiento individual se reduzca. Con toda su potencia, Google fomenta el pensamiento único. La globalización de la información hace que todos juntos, juntitos, vayamos creando unos mitos colectivos, condenemos las mismas virtudes y aplaudamos los mismos pecados. Los habitantes de esta aldea global (pocilga global), cada vez nos parecemos más. Pude ser que esto nos lleve a reflexionar sobre de qué manera la eliminación de las diferencias contribuirá a la eliminación del odio al vecino. No lo sé, confío muy poco.
ResponderEliminarLa enorme cantidad de información produce un efecto unificador similar al de la comercialización globalizada de los productos de consumo: en Shanghái se consumen las mismas hamburguesas que en Cincinnati y un joven compostelano se calza el mismo modelo de zapatillas que uno de Bombay. Todos igualitos, todos comiendo lo mismo, vistiendo igual, deseando lo mismo y pensando las mismas cosas cuando se piensa.
El pensamiento único, este es el problema de la globalización de la información. Ocurre, sin embargo, que la gran cantidad de datos resulta difícil de manejar, aquí la habilidad consistirá en saber escoger lo que más nos conviene para que podamos ser un poquito más felices y la inteligencia consistirá en saber adaptarse.
Como tú dices, Amaltea, lo más importante es desmitificar, no dejar que el tsunami de datos lo arrase todo, rechazar el engaño y delimitar muy bien cuáles son aquellos anhelos que nos producen un mayor bienestar.
Abrazos
Francesc Cornadó
Sí Francesc, pocos diferencias indumentarias y tecnológicas encontramos en cualquier parte del mundo. Alguien dirá que eso no es lo lo importante, de acuerdo, pero es muy significativo porque se ha establecido un patrón universal de todo lo consumible.
ResponderEliminarLo raro es que con tanta estupidez general, sigamos avanzando -en lo tecnológico y material-sin que haya colapsado nuestra civilización.
Me llama la atención el fenómeno de la "viralización". Es algo impresionante que vídeos absolutamente idiotas sean vistos en menos de una semana por millones de personas; que se imiten y que sean noticia. Es así y no creo que sea fruto de la casualidad. Esta es la expresión del nuevo mito digital e instantáneo: moldea gustos, apetencias, deseos, miedos y aspiraciones. Un chica de Bangalore sueña con parecerse a la millonaria hortera, igual que una chica de Badalona o de san Francisco. Así que las fronteras culturales han desaparecido y sin embargo, algunos se pirran para levantar fronteras políticas. ¿No es absurdo? Lo es porque es un espejismo del viejo régimen. No existe más Estado que el de la economía global.
La Historia demuestra que hay que seguir el rastro de los movimientos culturales para saber qué se cuece en las cancillerías. Sí, la gente consume lo mismo en todas partes y enloquecen con las mismas series televisivas y cachivaches tecnológicos, entonces ¿hemos de reclamar también unas normas universales de convivencia y de relaciones jurídicas globales?
Se abre un campo inmenso de cuestiones que es necesario resolver y que los líderes políticos actuales no saben porque siguen con la mentalidad del siglo XX.
Abrazos
Una entrada con un carácter premonitorio muy inquietante; sobre todo en lo relativo a la pérdida de la intimidad, no sé si tanto, puede que esté equivocado, el tiempo lo dirá, en lo referente al pensamiento único. Siempre antes, sin estas nuevas y "amenazantes" herramientas que tanto nos gustas o tanto necesitamos, y de las que no prescidimos, siempre antes, digo, hubo modas de todo tipo, también morales, influencias, que dirigieron conciencias en una dirección y siempre, hubo reacciones a ello.
ResponderEliminarLo seguro es que asistimos al comienzo de nuevos tiempos, inciertos e inquietantes. Lo veremos. O quizá nosotros ya no.
Saludos.
Seamos optimistas, habrá que verlo para dusfrutarlo y también padecerlo.Espero que haya mas de lo primero que de lo segundo.
ResponderEliminarComo sucede en todo cambio de modelo social y tecnológico, quienes viven en el momento tienen poca perspectiva.
Dentro de diez años asombrará el paso de una sociedad a otra, y de los avances o retrocesos.El ritmo de evolución es frenético.No hay más que echar la vista quince años y ver cómo han cambiado costumbres y, sin ir mas lejos, Europa. Un saludo
No se si soy un outsider fuera de juego dentro de ese nuevo orden que se aproxima...hay quien lo considera muy democrático y hay quien lo considera muy caótico...la verdad no se dónde situarme...o más bien dónde me situarán a mi las nuevas tecnologías.
ResponderEliminarMe encanta tu nueva foto avistando el horizonte....preciosa y verdaderamente lúcida. Un abrazo derde la lontananza
Gracias, V.
ResponderEliminarNos queda atisbar e imaginar qué y cómo será la nueva reorganización provocada por esta tercera revolución industrial (tecnológica) No tenemos ni idea, pero parece que pocas razones hay para el optimismo.
Otro abrazo
Interesante reflexión abierta. Aunque no sé hasta qué punto se cierra un viejo régimen y se abre el mismo, solo que con distinta faz. Los viejos perros siguen existiendo, las tradicionales deficiencias, carencias, ansias y fines de poder y enriquecimiento de minorías, siguen dándose. Lo que por una parte se nos presenta como un abanico informativo como jamás había existido antes en la historia, e incluso desafiando los meros territorios de los mitos y de los cuentos, también puede ser canalizado como un medio para dirigir la mentalidad de millones de seres. En el fondo puede cumplir los mismos objetivos que en el pasado cumplían otros medios o su carencia, con la diferencia de que en menos tiempo también puede elaborar criterios reducidos, órdenes instaladas, direcciones únicas de las que será difícil desviarse. Es cierto que es una fuente inagotable de información, otra cosa es que sea verídica, y que nos pone en contacto con ideas y expresiones que fluyen, no sé si siempre con saberes, y a veces nos saca de dudas para algo muy concreto y comprobado, pero otras veces es mejor no creernos demasiado cuanto circula. Tal vez sea una nueva etapa de la revolución cognitiva que una vez, en el pasado, permitió a los sapiens serlo por encima de la evolución cerebral limitada de otras especies de hombre. En este asunto por supuesto que hay que ver y analizar lo que tiene de positivo a la corta, y utilizarlo, sin duda, pero si se sublima, se diviniza, entonces la entrega de las próximas generaciones producirá un salto cualitativo porque Google y otros googles siempre están o pueden estar al servicio de los grandes detentadores de todo tipo de medios y riqueza. Tal vez a nuestra generación, ya bastante escaldada, nos sea permitido distinguir, dudar, elegir, optar o no por cuanto circula, pero cada actitud personal poco puede hacer si la dirección del futuro es encauzada y utilizada para dominar. Es tan dual todo. Lo que parece liberar -a nosotros nos parece de momento y en China no te cuento porque de momento las autoridades prohíben la libre circulación de estos medios…hasta que generen ellas uno nuevo que camele al personal- a corto plazo, ya no digo largo, puede ser una herramienta mundial, globalizada, hipercontrolada. Para Mefistófeles sería lo más conseguido jamás y vaya uno a saber qué futuro se trazará con la información dirigida. ¿Se crearán nuevos mitos o ya no habrá margen? ¿Surgirán nuevas ideas alternativas o su proyección por la red las banalizará y desviará hacia otros fines acomodaticios? Algunos pensamos que el tiempo de los mitos clásicos murió, el relato oral de hace unos pocos miles de años hoy se potencia por los googles. De momento yo sigo percibiendo en googles más información lineal que reflexiva, por ejemplo. No sé hasta qué punto están presentes los debates colectivos sobre nuestro propio pasado, sobre los cambios de tiempos y sobre los nuevos medios técnicos en general que están diseñando la vida de toda la humanidad. Es todo tan incierto, como una incerta glòria…
ResponderEliminarIncierto porque se ha fundido el horizonte previsible. Tu comentario abarca muchos pliegues de este presente envuelto en brumas tecnológicas y mixtificaciones informativas.
ResponderEliminarBarrunto que la gran apuesta ha sido conectar a casi todo el planeta, suministrar noticias e información instantánea y casi infinita para el cerebro humano. ¿De quién es la jugada? Pues creo que el avance digital y de hiper conexiones empezó como un sueño y acabará malamente, vista la historia humana.
Las grandes corporaciones económicas son quienes han sabido manejar esta grandiosa oportunidad para ejercer su dominio. ¿Quién controla el bigdata, los billones de información sobre miles de millones de individuos? Por ahora tiene utilidad comercial, pero con la hiperconectividad se está, como bien dices, gestando un cambio cognitivo en el ser humano. La gente de la generación de nuestro hijos ni se relaciona como nosotros, ni tiene interés en preservar su privacidad y tampoco en desarrollar el mismo modelo de pensamiento introspectivo. ¿Es malo o es bueno?
Es otra forma de vivir y tratar el entorno, desde luego no es la de quienes hemos vivido el salto tecnológico de la máquina de escribir al ordenador.
En mi caso, no sabría o me costaría mucho vivir sin internet, aunque a todo se acostumbra una. Vivimos tiempos interesantes y es apasionante. A pesar de saber que estamos en plena revolución social -muchos no se han enterado-somos testigos y sujetos de un gran cambio en todos los sectores, desde el de ingeniería médica a otra manera, quizás más sutil, de esclavizar al personal.
Muchas gracias por tu visita y palabras, perdona la tardanza pero estos dos últimos días ha sido imposible dedicarme al blog.
Un abrazo