En mis excursiones por las montañas he visto mariposas de todos los tamaños y colores, nada raro porque existen más de 165.000 especies. Este verano, en un valle pirenaico, las mariposas azules y pequeñas abundaban entre los arbustos de Escaramujo o en los Cardos Marianos, de cabeza púrpura y con los que se fundían como si fueran parte de ellos. ¿De estar allí, cuántas mariposas habría atrapado Margaret Fountaine con su red?
La coleccionista de mariposas Margaret Fountaine, inició su diario el 15 de abril de 1878, a los dieciséis años y lo acabó el 10 de julio de 1939, aunque su intención era continuar el relato del año siguiente, ya había dejado preparada la portada de 1940, la muerte le llegó un día en el que perseguía una mariposa en la isla Trinidad, a los 78 años.
Más de un millón de palabras, repartidas en doce volúmenes idénticos, manuscritos y con una foto de la autora en la tapa de cartón, que cambiaba según pasaban los años y que daba cuenta de su aspecto, sin mayores florituras para salir favorecida. Todos los volúmenes contienen una extraordinaria descripción de su actividad viajera, de su lealtad amorosa con un amante al que le sacaba 15 años, un guía sirio que compartió con ella la pasión lepidóptera y -no estoy muy segura después de leer una parte de los diarios- quizás sentimental.
Asombra que una mujer haya sido tan valiente, temeraria, libre y disciplinada para no abandonar una actividad exigente que la llevó por todo el planeta, por selvas y montes, poblados algunos por indígenas que apenas habían salido de su territorio. Casi siempre sola, soportaba penalidades y también penurias económicas que no le permitían comer más que una vez al día, todo era preferible antes que consumirse en una sociedad como la británica, en la que las mujeres de su clase pasaban el rato en los salones de sus casas o de las ajenas, en una sucesión de visitas según marcaba la etiqueta social.
Margaret Fountain no pretendió pasar a la posteridad, ni que sus diarios fueran lectura pública para solaz de lectores como quien esto escribe. Sin intención literaria, desprovista de veladuras complacientes, la escritura, minuciosa, enmarcada por sus propios dibujos, poesías, reflexiones y una no disimulada decepción a medida que pasaban los años, muestra no solo su coraje, también la sinceridad y el desprecio que sentía por la vida civilizada. Su intrépida existencia, impulsada, como reconoce en su diario, por un primer rechazo amoroso, retratan a una mujer en permanente búsqueda, consolada por mariposas que vuelan cada vez más lejos y en lugares más exóticos.
Durante veintisiete años compartió su vida con Khalil Neimy, una relación más tormentosa que apacible, en la que Margaret descubrió engaños, mentiras y mil artimañas para sacarle dinero con milongas de una anciana madre enferma, y más tarde, descubierta la doble vida familiar de Kahlil, los hijos y esposa irrumpieron en un bombeo constante de peticiones económicas.
Cualquier otra habría borrado de su vida al pedigüeño amante, pero ella sobrevoló sus sentimientos y nunca dejó de reconocer la colaboración y el amor -a trechos- de Khalil. Quien la ayudó a capturar los más hermosos especímenes, no merecía despecho, al contrario, era digno de figurar en la colección de mariposas que donó al museo de Norwich Castle: diez vitrinas de caoba en las que se exhiben preciosos ejemplares, también donó una caja que no pudo abrirse, así constaba en su testamento, hasta 38 años después de su fallecimiento. Dentro dormían había doce volúmenes, en los que consignó una vida entera y de los que puede leerse una selección bien documentada en Tiempo de mariposas. Margaret Fountaine. Selección y comentarios de W.F.Carter, Mondadori , 1999.
Me retrotraes a MTeresa Albarrán no por lo de la vida conyugal, sino por lo de las mariposas.
ResponderEliminarUna mujes que tiene el honor de haber descubierto una especie que lleva su nombre en latín , y a la que América le ofreció un cheque en blanco para que trasladase su museo que tiene en PUJAL, (norte de Sort).
Si te gustan las mariposas busca en este enlace :
http://www.papallones.net/
Habla con ella, o con Alfons (su marido). Pregúntale sobre la mariposa calavera, y de paso, le comentas que aún poseo su libro dedicado sobre las mariposas del Baix Llobregat (libro que editó hace muchos añosy único en su especie).
Me ha encantado volver a leerte.
PD:
El cava exquisito ¡¡¡¡¡
Salut
Miquel, eres un pozo de conocimientos. No es que tenga predilección por las mariposas, me gusta contemplarlas en vuelo, no en vitrinas.
ResponderEliminarPor cierto, ayer hablé con Mª Rosa y lo contentos que estuvisteis con la ceremonia. Os envía recuerdos.
Un abrazo
Poseo toda la filmación de la boda.
EliminarTe aseguro que ha sido de lo más bello que he escuchado nunca. Aquello fue familiar, pero a la vez serio. Todo en su lugar y todo extraordinariamente bonito.
Un beso a ti y otro a tu marido.
Gracias por vuestra compañía.
salut
Para zafarse de una existencia convencional una mujer tenía que ser tan valiente, temeraria, libre y disciplinada, ya fuera para no abandonar una actividad exigente como la caza de las mariposas o ya fuera para mantenerse al margen de las torpezas de su amante. Poco ha cambiado, hoy para vivir con independencia no podemos bajar la guardia. Volar con vuelo quebrado como el de las mariposas, así son más difíciles de cazar, así las he visto este verano por un valle pirenaico de aguas retorcidas e iglesuelas románicas. Mujeres y hombres deben tener, cada uno de ellos, independencia emocional y económica y volar sin miedo.
ResponderEliminarCelebro que hayas vuelto.
Un abrazo
Francesc, en algunos lugares, las mujeres han ido a peor. Mientras leía los diarios, recorría con ella los países a los que viajó sola, a veces sin guía, y mucho menos con protección. Hoy, sería imposible que una mujer se adentrase en ellos sin peligro para su vida.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo contigo en que la independencia económica es imprescindible para no provocar lazos interesados entre los amantes, pero la independencia emocional... ay, amigo mío, de ella no podemos librarnos. Los sentimientos amorosos nos atan, para bien y para mal.
Yo también estoy contenta de volver, aunque aún habrá alguna escapada más sin conexión.
Otro abrazo
También a mí me gusta más ver las mariposas posadas sobre una flor que dentro de una caja, atravesadas con un alfiler. Pero en el siglo XIX y también en el XX esta forma de coleccionismo, para formar museos naturales, estaba muy en boga. No sólo insectos. Aún recuerdo la impresión que me causó de niño la visita al Museo Natural del Carmen, en Onda, creo que aún existe, con ejemplares de todo tipo de animales disecados,
ResponderEliminarUn saludo.
Cierto, el coleccionismo era más que una diversión.Desde luego, para algunos,una manera de atesorar rarezas y extravagancias varias, me viene a la cabeza el museo Marés de Barcelona; otros, se refugiaban en el coleccionismo como pretexto para viajar y relacionarse fuera de su círculo social. Y para muchos, un camino de aprendizaje de las Ciencias Naturales. Colecciones de minerales, mariposas, fósiles, por ejemplo, que llenan los museos son la contribución de aquellos naturalistas pioneros.
EliminarSaludos
tu blog es muy impresionante, cómo hacer un artículo interesante y visitantes fieles visitan? He aprendido mucho de usted
ResponderEliminarGracias, me parece que el traductor habrá hecho de las suyas porque mi blog no es nada del otro jueves.
EliminarUn saludo
No conocía la existencia de Margaret Fountaine, pero su pasión por las mariposas me parece digna de elogio.
ResponderEliminarSaludos.
Jorge, y más te parecería si leyeras sus diarios porque esa mujer tenía una valentía indomable y un sentido profundo y muy poético de la naturaleza.
EliminarSaludos
Definitivamente no me gustan las mariposas muertas, pero, gustos aparte, la mujer fue realmente temeraria, como usted señala. Igual que mucho antes lo fue Maria Sibylla Merian con su viaje a Surinam.
ResponderEliminarFeliz fin de semana, madame.
Bisous
Sí, Madame, asombra que fuera una mujer tan resuelta y libre de pamplinas sociales.
EliminarRefiere usted a Maria Sylla Merian, de la que no sé nada, ignorancia que durará poco porque voy a indagar. ¿Quizás ha escrito usted una crónica de ella?
Bisous y tenga usted también un buen fin de semana
[Shurangama Sutra]
ResponderEliminar[The Diamond Sutra]
[The Heart Sutra]
~oṃ maṇi padme hūṃ~
/Six samsara /
/Cause and effect/
/Engages in introspection sees the nature/
/Do not beg abhiññā/
Ksitigarbha
Maitreya
Akșayamati
Samantabhadra
Mañjuśrī
Avalokiteśvara
Mahāsthāmaprāpta
Amitābha
"Bhaiṣajyaguru
The Twelve Vows of the Medicine Buddha upon attaining Enlightenment, according to the Medicine Buddha Sutra are:
To illuminate countless realms with his radiance, enabling anyone to become a Buddha just like him.
To awaken the minds of sentient beings through his light of lapis lazuli.
To provide the sentient beings with whatever material needs they require.
To correct heretical views and inspire beings toward the path of the Bodhisattva.
To help beings follow the Moral Precepts, even if they failed before.
To heal beings born with deformities, illness or other physical sufferings.
To help relieve the destitute and the sick.
To help women who wish to be reborn as men achieve their desired rebirth.
To help heal mental afflictions and delusions.
To help the oppressed be free from suffering.
To relieve those who suffer from terrible hunger and thirst.
To help clothe those who are destitute and suffering from cold and mosquitoes."