Hacía mucho tiempo que no leía a Borges, desde que en julio de 1986 visité su tumba en un cementerio de Ginebra. Un jardín en la ciudad donde el escritor está o estaba, enterrado en la tierra. Creo que hace poco fue exhumado para trasladar sus restos a Argentina
Era una tarde muy calurosa y, a pesar de que hacía poco más de un mes de la muerte del escritor, no había flores sobre la tumba. Recogí una piedrecilla, minúscula y la deposité sobre el ancho de la lápida vertical. Que no hubiera flores en la tumba ni visitas, salvo la nuestra, añadía misterio y un encanto mayor al precioso cementario de Plainpalaise.
Hace pocos días recalé en un ensayo del físico Alberto Rojo que menciona un cuento de J.LBorges: El jardín de senderos que se bifurcan. El cuento empieza con una cita del escritor y militar británico, Liddell Hart referida a la primera guerra Mundial y acaba dando cuenta del ataque a una ciudad y la muerte de un hombre. Lo que interesa del cuento de Borges, escrito en 1941 y de apenas diez páginas, es que la trama es la resolución de un problema de física cuántica que fue el núcleo de la tesis doctoral del físico Hugh Everett, publicada en 1957.
Laberinto de la catedral de Chartres |
El jardín de T'sui Pên, el de los senderos que se bifurcan, el laberinto infinito del tiempo en el que cada elección abre el camino a un porvenir, pero T'Sui Pên era más refinado, de manera que no se conformó con la sencilla disyuntiva de esto o lo otro, es decir, que una opción crea un determinado futuro lo que implica la eliminación de otros futuros posibles.
En la creación del jardín laberinto, con senderos infinitos que se bifurcan, todas las opciones son simultáneas, de manera que existen infinitos porvenires donde el tiempo converge y al mismo tiempo prolifera y se bifurcan.
Laberinto abstracto de Escher |
En el tiempo real, en la historia,
cada vez que un hombre se enfrenta con diversas alternativas opta por
una y pierde las otras; no así en el ambiguo tiempo del arte, que se
parece al de la esperanza y el olvido.
(Jorge Luis Borges)
Maravilloso tiempo el del arte, que permite no perder alternativas. Aunque no sé si quedarse con todas no sería demasiado para el pobre ser humano fuera de las páginas de los libros. Normalmente no damos para tanto. Al menos yo no doy.
ResponderEliminarBuenas noches, madame.
Bisous
Quizás ya estamos en todas las posibilidades, solo que somos conscientes de una. Bueno, eso según el cuento, pero ya se sabe que ojos que no ven corazón que no siente, así que para el caso, vivimos en único mundo. La cosa es rara para nuestras entendederas.
EliminarBuenas noches y bisous.
Siempre quedé prendado por El Aleph...Me gusta lo de las cruces rúnicas...y que todo lo que diga lo corrobore con libros...Además es sonoro y contundente... Salut
EliminarQué tendrá Borjes, que es citado desde todas las disciplinas, ya sea arte, ciencia, literatura. Admiro su obra pero me resulta difícil encontrar tantas relaciones, debo ser un ceporro.
EliminarOtra cosa: lo de lágrima de piedra es una imagen poética extraordinaria.
Salud
Francesc Cornadó Estradé
Miquel, tenía el don de fabular sobre lo más improbable y misterioso y lo ha´ci acon una pluma inigualable.
EliminarFrancesc, es verdad, no hay disciplina en la que Borges no hubiera transitado, y fíjate qué nivel, trataba de físicas y sin tener conciencia de ello.
Consuélate, no todos sabemos ver lo oculto, ni siquiera los sobrentendidos en la literatura borgiana. La disfrutamos, y eso es lo importante.
Ese cuento que citas es uno de mis preferidos de ese maravilloso libro llamado Ficciones y demuestra la genialidad escritora de Borges al igual que su fascinacion por los laberintos.El modo en como desenlaza la trama me parece absolutamente redondo.
ResponderEliminarPues sí, el desenlace cierra el círculo. Y lo más asombroso del cuento es que imagina cómo sería, o es, vaya usted a saber, un multiuniverso infinito. ¡Cuánto se aprende leyendo a Borges!
EliminarNo he leído mucho a Borges, la verdad, por lo cual no conozco el cuento que citas; además, me perdería con los temas de física. Pasé por Ginebra, pero no tuve la suerte de conocer el cementerio donde estaban sus restos. Coincido en lo que la lágrima de piedra es una historia poética casi dvina. Saludos cordiales, Amaltea.
ResponderEliminarNo hace falta saber física, yo soy una ignorante en ciencias y aquí me ves, leyendo el ensayo de un físico sobre Borges, porque más allá de las formulaciones hay una visión de otra realidad posible.
EliminarSaludos.
Fíjate que yo creo que algo de ciencias sabía Borges, de hecho, muchos de sus relatos llevan una trama encubierta que no hace sino afianzarme en esa idea.
ResponderEliminarQué bueno Borges...
Qué bueno el enigma del Tiempo
Qué bueno Escher...
Ya ves... esta entrada me ha encantado!
Un saludo.
Coincido contigo, algo sabía o, al menos, era un gran intuitivo. Y es verdad, en sus relatos hay muchas capas, en cuanto te percatas de la primera aparecen las siguientes.
EliminarUn abrazo.
La piedra de la tumba recuerda a las estelas escandinavas que tanto debían de gustarle a Borges.
ResponderEliminarMis saludos.
Es verdad, quizás él lo quiso así. Es una lápida que refleja su inclinación a recrear civilizaciones desaparecidas.
EliminarSaludos.
Algo he oído sobre la flecha del tiempo, esa cuarta dimensión y puede que no la última que el hombre llegue a conocer; de la existencia del mundo, del universo, del antimundo, del antiuniverso o de múltiples universos paralelos. No sé si llegaré a comprender todas esas teorías algún día. Es casi seguro que no, segurísimo que no, teniendo en cuenta que hasta de la mecánica clásica, esa que nos hace entender el mundo que ven nuestros ojos: un amanecer, las olas del mar, el arte, las letras puestas en un libro, tengo lagunas de conocimiento importantes. Lo otro sería para mí como querer abarcar lo inabarcable, lo infinito. Algo así como intentar calcular, en una partida de ajedrez jugada en un tablero infinito, todas las posibilidades de movimiento propias y del rival, y ganar. Abandono. Creo que me he explicado muy mal, espero que me entienda. Un abrazo.
ResponderEliminarCreo que le entiendo, y se ha explicado muy bien. Nos parece incomprensible un mundo fuera de las normas que rigen la realidad que percibimos con nuestros sentidos.
EliminarEl único instrumento del que podemos valernos, por ahora, es la imaginación, quizás no con la pretensión de entender, sino con la ilusión de recibir un poco de inspiración para "ver" otro mundos.
Un abrazo.
PUes yo creo que se ha explicado muy bien, :-)
EliminarBorges como cuentista, como milonguero, como cantamañanas, Borges el memorioso, el palabrista de profesión y argentino de París, porque es París.Borges como antiliteratura, como el gran bluff que se cae de las manos.
ResponderEliminarMartín Beg
Es todo eso y más. ¿Un bluff? bueno, quizás lo sea, no soy mitómana, ni pretendo cambiar la opinión de los detractores de escritores que aprecio.
EliminarLo de antiliteratura no sé qué significa, en todo caso es un narrador con pericia que logra que me interese leer sus cuentos. Con eso tengo bastante.
"Envolví mis lágrimas en una hoja de olmo y las deposité debajo de una piedra y ahora me llaman loco porque arrojé de mi toda demencia."
ResponderEliminarEzra Pound.
Una paradoja que bebe directamente del Tao. No inventó la sopa de ajo con esa imagen de la locura dentro de la cordura.
EliminarHola Amaltea,
ResponderEliminargracias por tu visita. Me ha gustado mucho como nos introduces en tu mundo a través de esa palabra tan enigmática, en un fecha dejada por tu abuela.
Y la entrada del laberinto me ha hecho reflexionar... Efectivamente todo depende de las decisiones...
Un placer leerte.
Un abrazo
Es el secreto de mi familia, que ahora es público y que espero se desvele en la fecha prebista.
EliminarUn abrazo.
Estuve una vez en el cementerio de Plain Palais. La lápida, realizada por el escultor argentino Eduardo Longato, es de una piedra blanca y áspera. En lo alto de su cara anterior se lee Jorge Luis Borges y, debajo, «And ne forhtedon na», junto a un grabado circular con siete guerreros, una pequeña cruz de Gales y los años "1899/1986". La inscripción «And ne forhtedon na», formulada en anglosajón, se traduce como «Y que no temieran». La cara posterior de la lápida contiene la frase Hann tekr sverthit Gram ok leggr í methal theira bert, que se corresponde al capítulo veintisiete de la Saga Volsunga (saga noruega del siglo XIII), y se traducen como «El tomó la espada, Gram, y la colocó entre ellos desenvainada»
ResponderEliminarSiempre he querido creer que Borges nos dice: "No tengo miedo" Pero...¡vaya usted a saber! (Los datos están en la inevitable Wikipedia)
No recordaba los detalles de la lápida. Ahora, después de leerte, hay que reconocer que el epitafio se las trae, una especie de batiburrillo de enigmas para que sus seguidores se devanen los sesos hasta la eternidad. No recordarlo significa que en esa jovial época no lo tomé en serio.
EliminarMuy interesante conocer todo esto, Un placer haber estado por tu blog, con gusto te sigo, Muchas Bendiciones y Adelante!! Gracias por compartir.
ResponderEliminarMuchas gracias por seguirme. Bienvenida a esta casa.
EliminarMe ha encantado esta página de literatura. Es fresca y juvenil. Intuyo que ciencia y literatura son uno, de otra forma ¿cómo podríamos los científicos describir la belleza y la perfección de, por ejemplo, las interacciones moleculares? Las palabras son como las variables de una ecuación, al final tienen un resultado que llega al corazón (del hombre o de la ciencia).
ResponderEliminarReconforta saber que ciencia y literatura van de la mano. De hecho, parte de la mejor literatura la han escrito personas con mentalidad científica, aunque no hayan pisado una facultad de ciencias en su vida.
EliminarGracias, Mister X.
Inmenso Borges (y laberíntico). El tiempo lineal es occidental y cristiano, el circular es prehistórico, pagano, precolombino, oriental.. y en rigor, ya sabemos, el tiempo es un inexistente que sostiene a la existencia.
ResponderEliminarA veces siento que soy la suma de todo lo que no he sido, los caminos desechados, las bifurcaciones que no tomé.
Un gusto llegar aquí Amaltea ¡y como me hubiese gustado conocer a tu bisabuela!.
Un abrazo fraterno.
Muchas gracias, Eva. Quién sabe, quizas mi bisabuela consiga cambiar de sendero en el tiempo y se presente aquí,también a mi me gustaría cambiar unas palabritas con ella.
EliminarPues sí, como tú, creo que somos todo lo que hemos dejado y lo que hemos elegido. Nada sobra, lo bueno y lo malo andan de la mano.
Un abrazo fuerte.