Cualquier bibliófilo, sin mencionar a los demonólogos, daría a su alma al diablo por tener entre sus manos los tres volúmenes de Tous les démons ne sont pas de l'autre mon, publicados en 1821 por Alexis-Vincent Berbiguier de Terre Neuve du Thym. El autor de nombre tan fantasioso como real, tuvo a partir de sus treinta años una vida muy desdichada, tal vez antes también lo fuera, empeñado en una lucha atroz contra lo que él denominó Farfadets, entes demoníacos que adquirían la forma de duendecillos con el único objetivo de amargarle la vida con sus pesadas bromas: mordiscos, rugidos y todo tipo de insultos; otras veces aparecían en su casa disfrazados de animales, gatos y perros para asustarle y hacerle saber que eran enviados de Belcebú a quien debería hacer entrega de sus bienes y de todo su ser. Esta mala vida con los espíritus infernales se inició tras una echada de cartas del tarot en la ciudad de Avignon, duró el maleficio, que según él fue favorecido por la echadora, a lo largo de más de veinte años. El pobre Alexis lo intentó todo, desde encerrar a los espíritus diabólicos en botellas hasta embadurnarlos con azufre, sin ningún éxito. Fue considerado un loco por los delirios que le consumían e internado en un sanatorio para orates; se enredó en una correspondencía con individuos que proclamaban su alianza con las fuerzas del mal, con lo que alimentaba aún más sus visiones y por fin, su talento literario se desfogó en el tratado sobre los Farfadets, que no es otra cosa que su autobiografia ilustrada por ocho litografias y un autoretrato, creación personal también de Alexis. Su obra tenía una dedicatoria en la que desvelaba su intención de dar a conocer al mundo la conspiración satánica encarnada por los enviados del infierno encargados de dominar el mundo. Al final de sus días, el empeño de Alexis consistió en recorrer bibliotecas con el fin de encontrar y destruir su obra, quizás horrorizado al descubrir que su vida era el relato de una enajenación o bien, en un último delirio se rindió al enemigo. Sea como fuere, quedan escasos ejemplares de los tres volúmenes de la autobiografia de Alexis-Vincent Berbiguier, un excentricidad y rareza bibliográfica por la que algunos serían capaces de condenarse al fuego del averno, con tal de poder leer sus páginas amarillentas con las severas advertencias y remedios para librarse del diablo.
Ilustraciones: Litografia de Tous les démons ne sont pas de l'autre mon.
Imagen de la biblioteca: web de contenido público.
Y quien no vendería su alma por algo así?, Pobre hombre, que vida tan paranoica e imaginativa, un verdadero infierno, pero para leer su biografía debe ser increíble!.
ResponderEliminarGracias Amaltea, siempre nos traes libros curiosísimos y muy, muy interesantes.
Un abrazo grande
Tati
Desde luego, querida Tati, el pobrecillo sufrió lo indecible y el resultado fue esa rareza bibliográfica.
ResponderEliminarAbrazos.