-Señora, ¿pido un taxi?
-Sí, gracias,
lo necesitamos para antes de las diez.
José pagó la factura del hotel mientras Dora esperaba en el Hall, con las dos maletas en custodia, a las que no perdía de vista. El día era luminoso y el azul del cielo tan claro que parecía un mar calmo. Cuando salieron del Hotel, Dora inspiró hondamente para quedarse con el olor a palomitas fritas que le recordaría para siempre a Barcelona y que venía directamente de un puesto muy cercano, en la entrada de un galería comercial.
-¿No te da un
poco de pena que nos vayamos hoy, precisamente con este día tan espléndido? El
mejor de toda la semana.
-Sí, da un
poco de pena, pero también tengo ganas de llegar a casa, recuerda que sólo me
quedan tres días para regresar a Afganistán.
José no
reprimió un mohín de cansancio. En ese momento una gaviota que buscaba algo de
comer les sobrevoló casi a ras de la cabeza, un taxi paró y el conserje se
adelantó para abrir el capó y ayudar a colocar el equipaje.
-¿Solo la maleta?
-¿Eh? pero ¿Y
la pequeña? la tenía aquí hace un momento.
-Señora, se la han birlado.
Dora apretó
la mandíbula y repasó lo que había guardado dentro, nada valioso o que fuera
imprescindible, los zapatos azules de raso y el neceser. Los billetes del avión
y el dinero los tenía en el bolso que le colgaba en bandolera.
-Agarra bien el bolso, haz el favor, ya te dije que no perdieras de vista
el equipaje.
-Ahora voy a ser yo la culpable, tu también estabas aquí cuando nos la han robado,
ha debido de ser ahora mismo.
-Entra en
el taxi, vamos con el tiempo justo.
-¡Qué rabia!
Tenía en la maleta los zapatos que compramos en la entrada de la iglesia.
-Ya te comprarás otros en Bruselas.
-Sí, pero no
serán ni la mitad de bonitos.
Menos mal que escoge Vd. ladrones de guante blanco, y no los navajeros y demás brutales agresores que pululan por Barcelona y alrededores.
ResponderEliminarEspero con impaciencia algún personaje benefactor para con los demás participantes en este enredo de comedia humana, que Vd. tan bien nos perfila.
Agradecido de antemano.
Tenga paciencia y no se fíe de los cacos de guante blanco, vea los estropicios que etán haciendo muchos de ellos que no se sacan el traje Armani ni para prsentar ante el juez.
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