Las tabacaleras regalaban naipes con la compra de los paquetes de cigarrillos. Esa costumbre, sobre todo en Estados Unidos, duró desde finales del XIX a mediados del siglo XX. Los motivos que ilustraban las tarjetas eran variopintos y muy recurrentes: artistas de la época, escudos nobiliarios, fauna y flora. En la mayoría de los casos los naipes eran una muestra perfecta de lo que ahora se denomina Kitsch.
En las cajetillas no se imprimían advertencias para avisar de lo muy dañino del fumeteo, no hacía falta porque algunas de las ilustraciones eran terroríficas y otras tan ñoñas que era preferible darse a otros vicios que mataban con más arte.
Naipes de compañías tabacaleras, colección de la NYPL.
En las cajetillas no se imprimían advertencias para avisar de lo muy dañino del fumeteo, no hacía falta porque algunas de las ilustraciones eran terroríficas y otras tan ñoñas que era preferible darse a otros vicios que mataban con más arte.
Naipes de compañías tabacaleras, colección de la NYPL.
Pues a mi la primera carta me gusta. Eso me recuerda a lo que hace años se regalaba con los bollicaos, aquella pegatinas horrendas "toi loquesea" que enloquecian a los niños -como yo en ese momento-.
ResponderEliminarA mi nunca se me daba bollicao de merienda y tenía que recoger las pegatinas del suelo.
Ah...cuánto aprendí de aquello...
Fue una gran represión la del bollicao, de acuerdo, te quedabas sin pegatinas pero a cambio tenías una salud estupenda y un cuerpo de bailarina sin igual. De esos sinsabores infantiles se aprende mucho, efectivammente.
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